
El ictus o enfermedad cerebrovascular es una interrupción brusca del aporte de sangre a una región del cerebro. Puede deberse tanto a una rotura como a una obstrucción en un vaso sanguíneo, lo que hace que se reduzca o interrumpa el flujo de sangre necesario para el normal funcionamiento y la supervivencia de las células que componen el Sistema Nervioso Central.
¿Cuáles son las secuelas del ictus?
El ictus es una de las principales causas de incapacidad permanente del adulto, cuyas secuelas dependen de factores como la localización y la extensión de la lesión, así como de la edad del paciente. Entre las secuelas más habituales tras un ictus se encuentran:
- Motoras como alteraciones del equilibrio, la coordinación, dificultades en la marcha, en la destreza manual, y en la deglución.
- Cognitivas como desorientación, confusión, dificultad de concentración y memoria, dificultad para encontrar las palabras adecuadas, habla incoherente, e, incluso en los casos más graves, pérdida de conciencia y coma.
- Sensitivas como disminución de la información sensorial (hipoestesia o anestesia), sensación aumentada (hiperestesia), sensación anómala no dolorosas como hormigueos (parestesias) o como calambres, pinchazos o quemazón (disestesias).
- Emocionales y conductuales como irritabilidad, tristeza, labilidad emocional, nerviosismo, apatía, o agresividad.
- Físicas como cefalea, náuseas, mareos, cansancio, problemas de sueño, o aturdimiento.
- Pérdida de campo visual.
- Y, en conjunto, todo lo anterior puede limitar tanto la independencia o capacidad para la realización de tareas cotidianas como la calidad de vida.
Tratamiento de neurorrehabilitación del ictus:
En neurobase ofrecemos un tratamiento precoz, individualizado e intensivo llevado a cabo por un equipo de especialistas de la neuropsicología, neurofisioterapia, neuroterapia ocupacional, neurologopedia y neurología, que trabajan de forma coordinada para lograr una mayor autonomía e independencia funcional de la persona que ha sufrido un ictus.
Además, apostamos por la innovación y las nuevas tecnologías, junto a la intervención basada en la evidencia y centrada en la persona como fundamento de nuestro trabajo de neurorrehabilitación.
Los objetivos generales de la neurorrehabilitación tras un ictus son:
- Mejora de las alteraciones conductuales como desinhibición, agresividad, irritabilidad o apatía.
- Mejora de funciones cognitivas como la atención, la memoria, el lenguaje, la planificación o el razonamiento.
- Mejora de las alteraciones emocionales como ansiedad o depresión.
- Incremento de la movilidad, la marcha o el caminar, el control postural, la regulación del tono muscular y la seguridad para prevenir posibles caídas.
- Mejora de la movilidad y capacidad de integración en tareas cotidianas del brazo o mano afectados.
- Restablecer la alimentación segura y el gusto por la comida si se padece disfagia.
- Asesoramiento sobre el uso de ayudas técnicas y de ortopedia, y sobre la adaptación del hogar.
- Facilitar la reintegración sociolaboral y familiar del paciente.
- Fomentar la independencia en la realización de tareas cotidianas, así como la calidad de vida del paciente y del núcleo familiar.